sábado, 23 de julio de 2011

Viendo al espejo, yo...

Te pienso, cierro los ojos y te veo, abro mi corazón y te escucho, puedo sentir el aroma de tus labios sin antes haberlo sentido, estoy por encima de dos metros sobre el piso, veo al cielo y me encuentro soñando en tus ojos, donde puedo reflejarme en tus brazos, respirando el eco de tus sueños entrelazados con los míos, donde cada pared que aparece no es tan densa como el deseo de verte, donde cada marca que impide mi paso no puede contra el furor del enorme deseo de encontrarte, donde cada despertar a tu lado será un respiro de vida, donde cada momento a tu lado será un sueño que organice en mi mente, donde cada mirada tuya es la fortuna plasmada en una perfecta figura de 200 huesos, para que me aprese a su persona, 600 músculos para que me sostenga de manera sutil y tangente y un corazón, en el que cosecharé día a día amor con el calor de sus latidos...

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